Laura

Laura es una mujer valiente y luchadora, que libra una dura y silenciosa batalla contra una enfermedad llamada prolactinoma durante varios años. Esta condición médica había hecho estragos en su vida, afectando tanto a su salud física como emocional. 

Los síntomas que Laura experimenta son abrumadores. El cansancio constante parece aplastarla, y las lágrimas fluyen sin cesar de sus ojos. No puede salir de la cama la mayoría de los días, y su concentración está tan deteriorada que le cuesta mucho trabajo realizar algunas tareas de los más simples. Su estado de ánimo parecía estar en un pozo sin fondo, como si una nube gris la envolviera constantemente. 

Laura no está sola en esta lucha. Tenía el apoyo de su hermana Carla, quien había estado a su lado desde el primer día del diagnóstico. Carla veía a su hermana sufrir en silencio, y no podía soportar verla pasar por esto sin recibir el apoyo y la comprensión adecuados.

Laura tiene tratamiento médico para su prolactinoma, pero eso no significaba que su vida vuelva a la normalidad. Cuando los niveles de prolactina se estabilizan y el médico decide retirarle el tratamiento, Laura vuelve a sentirse atrapada en el oscuro abismo de sus síntomas. Es un ciclo agotador y desgarrador, uno que parece no tener fin.

Sin embargo, hay un problema adicional que Laura tuvo que enfrentar: su médico. A pesar de ser un profesional de la salud, carecía de empatía y comprensión hacia la situación emocional de Laura. No entendía la lucha constante que enfrentaba ni el impacto devastador que tenía en su vida. Esto dejaba a Laura sintiéndose sola e incomprendida, lo que agrava aún más su malestar.

Laura teme que le quiten nuevamente el tratamiento y tenga que enfrentar la dura oscuridad una vez más. Cada vez que esto sucedía, tenía que pasar dos largos y dolorosos meses recuperándose cuando finalmente volvía a recibir tratamiento.

Carla no podía quedarse de brazos cruzados viendo sufrir a Laura de esta manera. Decidió investigar y buscar ayuda adicional. Después de un tiempo de búsqueda, encontró una luz de esperanza: una asociación de pacientes, INDEPF, que se especializaba en ayudar a pacientes con enfermedades poco frecuentes.

Carla contacto con INDEPF y compartió la historia de Laura. Con la ayuda de los miembros de la asociación, pudo encontrar un médico experto en prolactinoma en Madrid. Este médico era conocido por su empatía y comprensión hacia los pacientes, además de su experiencia en el tratamiento de este trastorno.

Laura finalmente pudo programar una cita con éste médico, y la diferencia en su experiencia fue asombrosa. El médico no solo abordó su condición médica de forma efectiva, sino que también la escuchó y comprendió a nivel emocional. Se tomó el tiempo necesario para hablar sobre sus preocupaciones y temores, brindándole la tranquilidad que tanto necesitaba.

Con el apoyo de este nuevo médico y la asociación de pacientes, Laura ha comenzado a sentirse arropada y comprendida. Aunque la lucha contra el prolactinoma sigue siendo desafiante, ya no se siente sola en el proceso. Su hermana Carla la acompaña en cada paso del camino, y juntas encontraron la ayuda y la comprensión que tanto necesitaban.

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